Se busca adquirir un satélite de observación que costaría unos US$65 millones

Con el visto bueno del vicepresidente Angelino Garzón y luego de que 44 entidades —incluidos 11 ministerios— trabajaran conjuntamente en la elaboración de una política espacial seria, al despacho del presidente Juan Manuel Santos acaba de entrar un decreto que está listo para su firma, en el que se crea ni más ni menos que la Agencia Colombiana de Asuntos Espaciales (ACAE). Un proyecto que comenzó a tomar forma en el año 2006 y que el 1° de enero de 2013 ya debe estar en funcionamiento.

Las 20 páginas del proyecto decreto fueron conocidas por El Espectador, así como la justificación y el estudio técnico que soportan la inserción del Estado en la denominada carrera espacial. Un campo inexplorado por el país que no traduce necesariamente ni fabricación de transbordadores ni misiones a la Luna. En cambio, sí podría desarrollar tecnología para monitorear el cambio climático y los recursos minerales y energéticos para la explotación; la planificación de obras de infraestructura; prever desastres medioambientales; advertir posibles inundaciones, movimientos sísmicos e incendios; estar al tanto de las variaciones geológicas, y hasta para asuntos de seguridad y defensa nacional.

Ya fueron aprobados en dos Consejos Nacionales de Política Económica y Social (Conpes) los derroteros para un programa satelital colombiano que consolide un plan que constituya la generación de conocimiento e innovación en la exploración del espacio exterior. En esencia, lo que se busca es adquirir un satélite de observación de la Tierra, ubicado entre unos 450 y 600 kilómetros de altura, que tendría la función de captar imágenes para proveer información, entre otras, de “reconocimiento, vigilancia, identificación de amenazas, desarrollo de operaciones, erradicación de cultivos ilícitos y actividades de ayuda humanitaria”.

Iván Darío Gómez, director del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, ha sido una de las personas que más ha conocido esta iniciativa desde sus orígenes. Según él, el Estado anualmente gasta un promedio de entre US$8 y US$10 millones en la compra de imágenes satelitales a terceros, instantáneas usadas por ejemplo en asuntos tan elementales como prever el estado del tiempo. Consultado por este diario, Gómez, quien ejerce la Secretaria Técnica de la Comisión Colombiana del Espacio, señaló que un satélite como el que necesita Colombia podría costar US$65 millones.

Más de medio siglo después de que la Unión Soviética lanzara el satélite Sputnik I, en octubre de 1957, Colombia empieza a trasegar el camino de la exploración espacial con fines tecnológicos y científicos. En el contexto latinoamericano, ya ni qué decir mundial, el país vive un rezago monumental en este campo. Países como Argentina, Chile y Brasil desde hace años han venido configurando proyectos de cooperación técnica y científica en el ámbito geoespacial. Hasta los vecinos Ecuador, Bolivia, Venezuela y Perú cuentan con agencias dedicadas a la investigación del espacio ultraterrestre.

Como en la actualidad la investigación de temas espaciales no está asignada a ningún ministerio o departamento administrativo, argumenta el proyecto de decreto, se hace necesario la creación de una nueva entidad encargada de este proyecto, con presupuesto autónomo y que reportaría información a los ministerios del Interior, de Defensa, de Agricultura, de Protección Social, de Minas, de Ambiente, de Transporte, de Educación, de Comercio, a Planeación Nacional, al Dane, a la Aerocivil, al Comando General de las Fuerzas Militares, a Ingeominas, al Ideam y hasta el Bienestar Familiar.

El proyecto de decreto sería expedido en el marco de la Ley 1444 de 2011, que le otorgó facultades extraordinarias al presidente Juan Manuel Santos durante seis meses “para reasignar funciones y competencias entre las entidades y los organismos de la administración”. Este plazo vence el próximo mes de noviembre y, si este decreto no ve la luz antes de esa fecha, tendría que tramitarse esta nueva entidad vía Congreso de la República. De allí la urgencia de concretarlo, ya con la bendición de 44 entidades y del vicepresidente Angelino Garzón.

Según conoció El Espectador, el estudio de costos de la planta de personal y de infraestructura de la Agencia Colombiana de Asuntos Espaciales (ACAE) podría tardar un año. “Sin importar si Colombia es una potencia mundial, el desarrollo espacial permite que se indague por un amplio sector para aprovechar y explotar partes de la ciencia donde no se ha llegado”, justifica uno de los apartes del estudio técnico del proyecto. El país está resuelto a insertarse en las bondades de un satélite de observación.

Para el Gobierno “la industria espacial es un potente motor de innovación en la economía y sus productos son demandados con un grado de exigencia extrema”. En la Unión Europea, por ejemplo, cada año se invierte una cifra superior a los 30 mil millones de euros en esta exploración espacial. Colombia, sin embargo, está muy lejos de la inversión en actividades de ciencia y tecnología, a penas un 0,16% del Producto Interno Bruto (PIB). En cambio, en Israel, Suecia, Brasil, Chile o Estados Unidos el porcentaje ronda entre el 1 y el 4,8 del PIB.

Este diario se comunicó en Washington con la científica colombiana Adriana Ocampo, una de las coordinadoras en la Nasa de misiones de exploración a Júpiter y Plutón. Ella ha estado al tanto de la creación de la ACAE y fue la primera en celebrar estos avances. “Desde hace más de 25 años vengo apoyando la idea de que Latinoamérica se involucre más en la carrera espacial para beneficio y avance de la sociedad (…). Colombia siempre ha querido explorar. Hay muchísima capacidad. Estamos listos para este reto (…). Me alegra ver que Colombia se involucre en esta agencia. Siempre estaré a las órdenes de Colombia y de la región para ayudar en lo que pueda”.

Como justificación de esta entidad, que monitoreará el espacio colombiano, se pone de presente un estudio realizado por la Nasa en el que se concluyó que “por cada dólar que se invierte en un proyecto espacial, se obtienen siete dólares en beneficio del sector privado y en aplicaciones que pueden ser comercializadas”. Estudios chinos establecen esas ganancias un poco más altas: entre US$8 y US$14.

Hoy por hoy se sabe que 133 instituciones de Colombia son usuarias de los datos de sensores remotos que se compran a otras empresas que proveen imágenes satelitales. El gobierno Santos quiere, a como dé lugar, entrar en la llamada carrera espacial.

Fuente: Elespectador.com

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