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Las imágenes satelitales muestran el nuevo paisaje de Japón

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Tras el intenso terremoto y el tsunami que asolaron Japón el 11 de Marzo las imágenes de satélite están resultando esenciales para proporcionar una imagen clara de la extensión de las consecuencias, y contribuir así a la ayuda.

En respuesta al que ha resultado ser el terremoto más grave sufrido por Japón desde que se tienen registros, ya desde el día en que éste se produjo el Gobierno de Japón activó la Carta Internacional de Espacio y Grandes Catastrofes.

Como resultado, diversas agencias espaciales y operadores de todo el mundo están aportando imágenes de satélite para mapear y evaluar el grado de devastación de las áreas afectadas.

Fundada hace 10 años, la Carta Internacional es un mecanismo único para garantizar que las imágenes de satélite llegan rápida y gratuitamente a las autoridades y trabajadores que se enfrentan a las consecuencias del desastre.

La Carta facilita la integración de los datos de observación de la Tierra que aportan las diversas agencias espaciales, y contribuye así a la coordinación de recursos y expertos de todo el mundo. Esto posibilita una respuesta rápida a los desastres.

El valor de esta iniciativa reside en la manera en que los datos de satellite son recopilados y convertidos en productos útiles. Estos productos están disponibles sin coste alguno en un único portal, 24 horas al día y 7 días a la semana.

Esta demostración de la inmensa energía que la Tierra puede liberar en un terremoto de magnitud 8,9, y su potencial devastador, ha dejado al mundo boquiabierto.

El paisaje de Japón ha cambiado por completo. Se estima que la línea de costa noroeste del país se ha desplazado hasta 4 metros hacia el Este, y poblaciones enteras han resultado barridas por el tsunami.

Las imágenes de satélite están proporcionando una información esencial para los equipos de búsqueda y rescate, así como para la estimación de daños. Las imágenes de ‘antes y después’ revelan los cambios en el territorio, y los lugares donde antes había edificios y carreteras.

El trabajo está siendo coordinado por la agencia espacial japonesa JAXA y el Instituto Asiático de Tecnología. Los datos proceden de numerosos satélites, como los alemanes TerraSAR-X y RapidEye; el francés SPOT-5; y Envisat, de la ESA. Varios satélites estadounidenses están aportando imágenes en alta resolución.

Ya en las 48 horas posteriores al terremoto se obtuvieron 63 productos de satélites, ahora a disposición de los equipos de ayuda y los responsables de la toma de decisiones.

Centros especializados en Francia (Sertit); Alemania (DLR-ZKI); y Naciones Unidas (UNITAR/UNOSAT) colaboran en el análisis de los datos de satélite para ofrecer productos de valor añadido. JAXA proporciona servicios de mapeo específicos a las autoridades japonesas.

Durante las próximas semanas el acceso a las imágenes de satélite será esencial para una respuesta sostenida de la crisis, así como para una evaluación más precisa de los daños de cara a la reconstrucción.

Los datos de satélite serán usados también para contribuir a la comprensión de estas amenazas geológicas, y en última instancia para establecer futuros sistemas de alerta.

Japón está situado en el Cinturón de Fuego, una región geológicamente activa que cubre la práctica totalidad de las costas del Pacífico. Japón es por tanto una zona de alto riesgo sísmico, y como tal está considerado por los expertos en terremotos un ‘supersite’.

La iniciativa internacional Geo-Hazard Supersites, coordinada por el Grupo de Observación de la Tierra, se nutre de 20 años de observaciones de radares en satélites para comprender mejor los riesgos geológicos.

El objetivo es explotar el procesado interferométrico, para generar un mapeado muy preciso de la deformación del terreno antes y durante los eventos sísmicos. Esto contribuirá al conocimiento de los fenómenos tectónicos en Japón.

Esta iniciativa –un ejemplo más de colaboración entre agencias espaciales- promueve la investigación en riesgos sísmicos facilitando a la comunidad científica internacional el acceso a una amplia variedad de datos.

Fuente: ESA

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