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Los satélites Swarm completan con éxito la primera fase de su misión

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Los tres satélites de la constelación Swarm han completado con éxito la primera fase de su nueva misión, marcando un importante hito en el estudio del campo magnético terrestre.

Lanzamiento de Swarm

A lo largo del fin de semana, los controladores del Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania sometieron a los satélites a una larga serie de pruebas para comprobar que todos sus sistemas seguían funcionando con normalidad tras el lanzamiento.

El lanzamiento de Swarm se efectuó entre la niebla el pasado día 22 de noviembre. La liberación de los tres satélites en una órbita a 490 km de altitud marcó el fin de la misión del lanzador Rockot y el comienzo de la de Swarm.

Esta misión de observación de la Tierra tiene como objetivo tomar datos de alta precisión que nos ayudarán a comprender mejor cómo se genera y por qué varía el campo magnético de nuestro planeta.

Lanzamiento de Swarm

Inmediatamente después de la separación, los tres satélites empezaron a enviar sus primeras señales a la Tierra, marcando el comienzo de la crítica fase de ‘lanzamiento y operaciones iniciales’, también conocida como LEOP.

“Recibimos las señales de los dos primeros satélites 91 minutos después del lanzamiento, y las del tercero a los 95 minutos, todo según lo previsto”, explica satisfecho Juan Piñeiro, Responsable de las Operaciones de los Satélites.

“Este momento marcó el comienzo de la fase LEOP, durante la que el equipo permaneció en la Sala de Control día y noche. Todo ha salido muy bien, y estoy muy orgulloso del excelente trabajo en equipo y de la dedicación de todos mis compañeros”.

El momento más importante de la fase LEOP tuvo lugar en la medianoche del viernes, cuando cada uno de los satélites desplegó su pértiga de 4 metros de largo, cargada con los instrumentos necesarios para llevar a cabo su misión científica.

El resto del fin de semana se dedicó a configurar y a comprobar los distintos subsistemas de los satélites, entre los que destacan los sistemas de control térmico y de potencia, de control de actitud y de orientación, o de gestión de datos.

Los tres satélites se encuentran en perfecto estado y ya están orbitando en ‘modo de apuntamiento preciso’, en el que utilizan los sensores de estrellas y las señales de GPS para mantener su orientación.

El Director de Operaciones en Vuelo, Pier Paolo Emanuelli, declaró el fin oficial de la fase LEOP el domingo por la tarde, a las 19:30 GMT (20:30 CET). En ese mismo instante la misión entró en la fase de puesta en servicio, que durará unos tres meses.

“Hemos tenido una fase LEOP sin ningún problema, y los satélites están superando todas las expectativas”, comenta Emanuelli. “Estamos convencidos de que va a ser una misión excelente”.

Durante la fase de puesta en servicio los ingenieros encenderán los instrumentos científicos uno a uno y llevarán a cabo diversas tareas de calibración. Para calibrar algunos instrumentos tendrán que cambiar la orientación de los satélites, haciendo que recorran su órbita de lado o de espaldas.

Finalmente, los satélites se situarán en sus órbitas de trabajo: dos de ellos a 460 km y el tercero a 530 kilómetros de altitud.

Los datos de esta nueva misión, con una duración prevista de cuatro años, se utilizarán para estudiar los misterios del campo magnético de la Tierra, sus interacciones con el viento solar, y la relación con el cambio climático.

“Todo esto ha sido posible gracias a los equipos de Astrium (el contratista principal), a las numerosas compañías involucradas en la construcción y en los ensayos de los satélites, a la precisión y a las prestaciones del lanzador Rockot y a la experiencia y el duro trabajo de todos los equipos de la ESA y de nuestros socios que han participado en esta misión”, concluye Yvon Menard, Responsable de la Misión Swarm.

Fuente: ESA

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