El ritmo frenético de construcción urbana y de carreteras, aunado a una cultura sigilosa, hizo que los mapas chinos sean dudosos y vagos.
En China, mapas topográficos detallados son rígidamente confidenciales; a los estudiantes no se los entrena para entenderlos. Hace dos años, cartógrafos del gobierno de aquel país, afirmaron que algunos websites locales estaban amenazando la seguridad nacional al exhibir mapas con curvas de nivel, elevaciones de terreno y edificaciones.
Internet y la proliferación de la tecnología de navegación por satélite, sin embargo, están comenzando a aflojar el control estatal sobre detalles cartográficos.
Las autoridades chinas quedaron aprehensivas al descubrir que usuarios del Google Earth pueden dirigir el software hacia edificios dentro de un cuartel general del Partido Comunista cercado de muros altos, mostrando exactamente su latitud y longitud. Entretanto, los mapas chinos ni mencionan el complejo.
Las empresas interesadas en las legiones de conductores del país están apurándose en desarrollar programas para dispositivos de navegación usando el sistema GPS.
SinoMaps Press, única empresa de cartografía nacional en China, tiene apenas 20 personas en su unidad de mapeo electrónico. En los últimos años, no obstante, surgieron empresas independientes que emplean centenas de personas que dirigen en ciudades y colectan informaciones para sus bancos de datos.