El departamento de policía de Los Ángeles, California, está testeando una nueva arma contra coches en fuga: un sistema bautizado Star Chase.
Algunos patrulleros están siendo equipados con una escopeta de aire comprimido que dispara bolas de adhesivo que contienen un transmisor de GPS.
La idea es que el adhesivo pegue el aparato en el vehículo sospechoso, enviando una señal de radio a las autoridades.
Oficiales de policía que observen violaciones de las leyes de tránsito o un coche sospechoso pueden tornarlo su blanco.
Con el coche rastreado, el policía puede, además de evitar una persecución, disponer de más tiempo para seguir los pasos del conductor.
"La gran ventaja del Star Chase es que el equipo no nos obliga más a perseguir el coche a 100 o 120 km/h pues el rastreo se inicia inmediatamente y enseguida sabemos su ubicación exacta" afirmó William Bratton, jefe de policía de Los Ángeles.