Fuertes llamaradas solares pueden hacer que receptores del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) fallen, dicen investigadores de la Universidad Cornell.
Como esas emisiones de radiación solar son mucho más intensas que la media, y son imprevisibles, pueden tener efectos devastadores para las funciones del GPS, de las cuales, en algunos casos, dependen vidas humanas como la navegación de aviones, estabilización de plataformas de petróleo y localización de pedidos de socorro hechos vía teléfono celular.
Un alumno de la Universidad Cornell descubrió el efecto accidentalmente, en 2005, mientras operaba un receptor de GPS en el Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico. Él hacía uma investigación usando GPS cuando una llamarada solar ocurrió. La señal del receptor cayó de forma significativa.
Para confirmar el efecto, se obtuvieron datos de otros receptores, incluyendo de la Fuerza Aérea Brasilera. Todos habían sufrido la misma degradación, en el mismo momento, independientemente de la calidad del aparato o del fabricante. Todos los receptores que estaban del lado de la Tierra iluminado por el Sol se vieron afectados.
La lengua de fuego se produjo en dos tiempos, con intervalo de 40 minutos: el primero duró 70 segundos y causó una pérdida de 40% en la señal. El segundo duró 15 minutos y causó una pérdida del 50%. Ésta fue una llamarada moderada.
En 2011 y 2012, cuando se espera el próximo pico de actividad solar, las llamaradas podrán ser 10 veces más intensas y mucho más largas, causando pérdidas de señal de 90% o más, durante varias horas.