Los Estados Miembros (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza) de la Agencia Espacial Europea (ESA) acaban de lanzar un nuevo programa que pretende que los controladores aéreos y los pilotos se beneficien del intercambio de datos, las comunicaciones vía satélite y los sistemas terrestres en el contexto del cielo único europeo.
El cielo único europeo es una iniciativa de 2004 de la Comisión Europea para una gestión colectiva del espacio aéreo del continente, que permita reorganizar sustancialmente las estructuras y su utilización, con una definición de rutas al margen de las fronteras o la distribución del espacio aéreo en usos civiles y militares, entre otras propuestas.
Con esta iniciativa, se pretende es una nueva gestión del tráfico aéreo europeo que aumente su eficacia a todos los niveles. Estará enmarcada en el contexto del programa SESAR de la CE, de dirección administrativa, operativa y de conceptos técnicos para la comunicación, la navegación, y el control seguro de este tráfico.
Aumentar la seguridad
Según informa la ESA en un comunicado, dentro de este programa los satélites tendrán la oportunidad de demostrar su potencial en las aplicaciones de comunicaciones que impliquen la seguridad de los viajeros.
Hasta ahora, los satélites se han utilizado principalmente en las comunicaciones que no implican la seguridad de los pasajeros y tripulaciones, como las llamadas telefónicas desde los aviones o las conexiones a Internet de los pasajeros. ESA, con el apoyo de la industria espacial europea, Eurocontrol (Organización Europea para la Navegación Aérea que cuenta con 34 miembros), proveedores de servicios de navegación aérea, así como de agencias espaciales nacionales, está preparando todo lo necesario para la puesta en marcha de comunicaciones vía satélite con otros fines en el sector.
Y es que se espera que, para 2020, el número de viajes en avión a nivel global sea el doble que actualmente, lo que produciría una congestión creciente del cielo y del suelo. Este hecho requerirá cada vez más de una comunicación aire-tierra nueva e independiente en el sector aeronáutico.
Satélites como solución
Reducir los retrasos, aumentar la seguridad del tráfico aéreo y su rentabilidad son los tres puntos principales a alcanzar. Los satélites se revelan como una importante ayuda, puesto que pueden facilitar información rápidamente tanto de áreas extensas como locales.
Por otro lado, dado que interactúan entre continentes, océanos y rutas polares, ofrecen una oportunidad única para la mejora de la seguridad, así como servicios adicionales para las tripulaciones.
Por ejemplo, en la aviación a través de rutas oceánicas aún se utiliza la banda HF (de alta frecuencia), que permite únicamente unas formas muy básicas de comunicación entre los pilotos y tierra. Además de este problema, diversos países operan con sistemas distintos, lo que supone una carga añadida para los sistemas de navegación.
Por el contrario, un sistema vía satélite suministrará una solución mucho más homogénea y actuaría como complemento a la red terrestre, e incluso como sistema principal de comunicaciones en algunas áreas. Asociado a sistemas de navegación como el sistema de posicionamiento global Galileo, pueden incluso optimizarse las trayectorias de los aviones.
Actualización de sistemas
Para llevar a cabo estos objetivos, la sección de Telecomunicaciones de la ESA, ESA Telecommunications, ha lanzado un programa de apoyo a la industria europea para el desarrollo de las tecnologías necesarias.
Este programa, llamado Iris por la diosa de la mitología griega que hacía llegar los mensajes de los dioses a los hombres, respaldará la verificación y la certificación de los sistemas antes de que estén operativos, suministrará apoyo técnico para la puesta a punto del sistema completo y dirigirá los trabajos previos a la utilización de los satélites en el contexto de la gestión del tráfico aéreo.
Fuente: Tendencias21