Tracasa acaba de adquirir equipamiento de captura fotogramétrica consistente en un avión Vulcanair Observer P68 TC de nueva fabricación, además de una cámara Leica ADS80 SH82, la plataforma giroestabilizada PAV80, un Lidar Leica ALS60, software de planificación/ control de vuelo y software TerraSolid para el procesado de datos Lidar.
Con este equipamiento de última generación, Tracasa refuerza su posición entre las empresas multinacionales más avanzadas en la realización de proyectos cartográficos y análisis territoriales en un mercado que demanda, cada vez mas, una información de mayor precisión y calidad.
El avión elegido, que destaca por su versatilidad, cuenta con un gran historial en la actividad cartográfica, por lo que se adecua perfectamente a las necesidades de la compañía.
Este nuevo equipamiento dota a la empresa de los medios necesarios para abordar el ciclo completo de proyectos relativos a cartografía y ortofoto de gran resolución, básico para la toma de decisiones en temas de agricultura y urbanismo, así como la realización de estudios medioambientales de máxima calidad referente a temas hidrológicos, forestales o de prevención de inundaciones.
De este modo Tracasa amplia su catálogo de servicios y por tanto su presencia en el mercado nacional e internacional, llegando así tanto a administraciones que demandan este tipo de proyectos, como a grandes empresas de ingeniería y obra civil. Asimismo, el equipamiento adquirido impulsa a la compañía y le aporta gran independencia a la hora de abordar el futuro de forma más completa e integrada.
El Sistema Lidar
Lidar (del acrónimo inglés Light Detection and Ranging) es un conjunto de técnicas que permite determinar la distancia desde un emisor a un objeto o superficie mediante un haz láser. En el caso del Lidar aerotransportado, para medir esta altura el sistema emite un rayo láser y recoge el eco reflejado por el territorio. La diferencia de tiempos entre el disparo y su recepción permiten establecer con una muy alta precisión la altura del terreno.
Esta tecnología permite adquirir datos en condiciones atmosféricas adversas para la fotografía aérea convencional. Por ejemplo, la toma de datos puede hacerse desde un avión en vuelo nocturno o en condiciones de visibilidad reducida.
Este tipo de sensores son denominados activos en tanto en cuanto es el mismo sensor el que emite las ondas para luego leerlas, tal y como lo hacen otros dispositivos como el radar, sonar etc. y a diferencia de las cámaras fotográficas llamadas comúnmente sensores pasivos. La frecuencia en la que emite el láser no es visible y se pueden registrar hasta cuatro ecos de un mismo pulso en función de la zona en la que sea emitido. Asimismo este sistema está certificado para no producir ningún daño a personas o animales.
Las principales aplicaciones del sistema Lidar se dan en la obtención de modelos de superficie de terreno, medición de alturas de construcciones que ayudan a obtener modelos 3D de las ciudades, análisis de inundabilidad, estudios forestales etc.
El Lidar aerotransportado adquirido por Tracasa, la tercera generación del sistema Lidar de Leica Geosystems, puede lanzar hasta 200.000 pulsos láser por segundo y permite la captura de datos precisos dependiendo tan sólo de la altura del vuelo, que puede ir desde los 200 metros hasta los 5000 para cartografía de amplias zonas, independientemente de la frecuencia del pulso.
En la imagen se han coloreado los puntos en función de su altura y se pueden apreciar las distintas estructuras que hay en el terreno. No es la imagen lo que se busca sino el resultado preciso de la altura de cada punto.
Se ha añadido una ventaja frente a modelos anteriores del mismo sistema. El sensor adquirido es capaz de registrar todo el espectro de onda (full-waeform) lo que permite analizar la información capturada ampliando las aplicaciones del sensor.
Aparte de la información altimétrica se puede emplear para registrar la intensidad del pulso recogido, para así poder realizar estudios para la clasificación de los datos Lidar capturados (I+D).
La cámara
La cámara Leica ADS80 SH82 obtiene la imagen capturando tan solo una línea cada vez. Así, conforme el avión que la transporta se mueva, se incorporarán nuevas líneas a la imagen obteniendo finalmente una tira de imagen, prácticamente tan larga como se quiera, con una anchura de 24.000 píxeles. De esta forma, por ejemplo, bastaría con 14 tiras de imágenes para tener un territorio de 1.000.000 de hectáreas fotografiada en unas tiras que podrían ocupar varios Terabytes cada una.
El funcionamiento de esta cámara es similar al empleado en la captura de imágenes por satélite, en el que una línea de 12.000 sensores captura información siguiendo el avance del avión. El resultado obtenido sería una imagen de 12.000 pixeles de ancho y con una largura en función de la zona a capturar. Para poder obtener una visión en 3D, es necesario obtener puntos de vista diferentes de la misma zona, por eso esta cámara posee 3 líneas de sensores para poder capturar una imagen nadiral, es decir, perpendicular al terreno, junto a una delantera y otra trasera de la misma zona.
Una de las mayores ventajas de esta cámara es que recoge información del espectro visible en color y de infrarrojo a plena resolución, mientras que las cámaras fotogramétricas digitales obtienen únicamente una novena parte de píxeles en las bandas de color e infrarroja.
Esta característica permite obtener mejores resultados en la utilización imágenes en campos tan importantes como agricultura y medio ambiente.
La misma imagen mostrada en tres bandas: pancromática, infrarroja y en color natural.
El avión Vulcanair Observer P68 TC
Se trata de un aparato bimotor con una gran visibilidad en cabina y habitualmente lleva integrados distintos tipos de sensores como cámaras de video, fotográficas etc. Este modelo se utiliza habitualmente en misiones de vigilancia, de observación y en labores de captura fotogramétrica, ya que sus características lo hacen idóneo para este tipo de trabajos. El ala alta permite una mayor estabilidad de los sensores además de no obstruir la visibilidad.
La altura de vuelo máxima o techo para la que está certificado volar es de 20.000 pies, y con el fin de poder volar con seguridad a estas alturas el avión posee un sistema antihielo.
Durante la construcción del avión en fábrica, se le dota de un agujero en el vientre donde se adaptarán los distintos sensores que Tracasa plantea usar. El tipo de vuelo a realizar con estos sensores es muy exigente para los pilotos y totalmente instrumental. El vuelo se planifica en tierra y el avión durante su vuelo no debe desviarse bajo pena de tener que repetir el vuelo o una parte de él. La tripulación para los vuelos fotogramétricos la constituyen dos personas, una realiza las funciones de piloto y la otra de operador de sensores, y es bastante habitual que los dos tengan el título de piloto y puedan intercambiar sus puestos.
La parte electrónica de control y ayuda a la navegación, aviónica, es de última generación y contiene, entre otros elementos, un radar meteorológico, sistemas anticolisión de tráfico, vuelo instrumental duplicado, posicionamiento GNSS etc.
+Informaciones
www.tracasa.es