Un robot de 1,1 millones de dólares para aguas profundas, pionero en su clase y creado por diseñadores de Massachusetts, se perdió cerca de la costa de Chile, en el Océano Pacífico, a una profundidad de casi 3,2 kilómetros.
El robot se conocía como ABE, fue creado en la Institución Oceanográfica en Cabo Cod y fue presentado en 1995, tenía un rango y habilidades técnicas mayores que los sumergibles ocupados por humanos o vehículos conectados por cables a barcos en la superficie.
Fue el primer robot autónomo que realizó mapas detallados de cordilleras a la mitad del mar y localizó respiraderos hidrotermales, donde surge vapor y líquidos a altas temperaturas del suelo marino.