El primer satélite de la constelación Galileo está siendo sometido a una serie de rigurosos ensayos en el centro tecnológico de la ESA en los Países Bajos en preparación para su lanzamiento. Esta campaña de ensayos representa un importante paso hacia el despliegue del sistema europeo de navegación por satélite.
La primera tanda de Galileo, compuesta por los cuatro satélites de Validación en Órbita (IOV), será lanzada en los próximos dos años.
Dentro de cuatro años, se habrá desplegado la primera configuración operativa de Galileo, formada por 18 satélites en órbita media terrestre (OMT).
Un paso crucial antes del lanzamiento de los satélites IOV es su certificación para las operaciones en órbita, para lo que están siendo sometidos a una serie de rigurosos ensayos que reproducen las vibraciones, ruido e impactos que sufrirán durante el lanzamiento – más un margen de seguridad.
La campaña de ensayos se está desarrollando en las instalaciones del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) de la ESA en Noordwijk, Países Bajos. Este centro, único en Europa, combina todas las instalaciones necesarias para la certificación de los satélites bajo un mismo techo.
“Desde el punto de vista de la certificación mecánica, se puede considerar que los cuatro satélites IOV de Galileo son idénticos”, explica Pedro Cosma, ingeniero del equipo de Ensamblaje, Integración y Ensayos de Galileo.
“Por este motivo, para estos ensayos estamos utilizando sólo uno de los satélites, el primero construido, conocido como Prototipo de Vuelo (PFM). Se comportará prácticamente igual que cualquiera de los otros tres Modelos de Vuelo, los FM2, FM3 y FM4”.
Estos cuatro satélites han sido construidos por un consorcio de compañías europeas. Sus cargas útiles han sido diseñadas, desarrolladas y ensambladas por EADS Astrium en Portsmouth, Reino Unido, mientras que el resto del satélite ha sido diseñado y desarrollado por Astrium en Ottobrunn, Alemania, y ensamblado por Thales Alenia Space en Roma, Italia.
El Prototipo de Vuelo será sometido a un nivel de vibraciones equivalente al que deberá soportar durante el lanzamiento, seguido por los impactos que simulan la activación de los sistemas pirotécnicos que lo separarán del lanzador.
A continuación, se trasladará a la Gran Instalación Acústica Europea para ser sometido a un ensayo que reproduce el nivel de presión acústica y la frecuencia del ruido generado durante el lanzamiento – el equivalente a un escuadrón de cazas de combate despegando a menos de 30 m.
“No nos esperamos ninguna sorpresa”, asegura Pedro. “Estos ensayos ya se han realizado sobre los dos modelos térmicos y estructurales (TM), aunque es necesario comprobar el modelo real para lograr la certificación para el lanzamiento”.
Los modelos TM acaban de ser reutilizados para otra campaña de ensayos: la de la interfaz con el lanzador. Los satélites IOV de Galileo serán lanzados de dos en dos, lo que hace necesario disponer de un mecanismo que los mantenga juntos bajo la carena del lanzador y que, cuando llegue el momento, los inyecte en sus respectivas órbitas con precisión.
Un sistema pirotécnico garantizará que los dos satélites se separen entre sí y del lanzador. El pasado mes de Diciembre se realizó un ensayo para medir el impacto del sistema pirotécnico sobre los dos modelos TM y el modelo de certificación de la interfaz con el lanzador.
“Los excelentes resultados de estas pruebas nos permitirán realizar un ensayo de la separación utilizando la interfaz real y el satélite PFM a finales de este mes”, concluye Pedro.
En cuanto concluya la campaña de ensayos en ESTEC el mes que viene, el PFM se reunirá con el resto de los satélites IOV en Italia para comenzar una nueva serie de ensayos de vacío térmico, que garantizarán que los satélites son capaces de soportar las extremas temperaturas del espacio.
Finalmente, los satélites serán trasladados al Centro Espacial Europeo en Kourou, Guayana Francesa, desde donde serán puestos en órbita a bordo de dos lanzadores rusos Soyuz. Los satélites PFM y FM2 irán a bordo del primer lanzamiento de un Soyuz desde Kourou, marcando un doble hito para la ESA.
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