La multinacional de tecnologías Indra ha probado en Madrid y en Sevilla tecnología espacial para detectar las olas de calor en zonas urbanas en el marco del proyecto europeo que lidera dirigido a analizar las “ventajas” que aporta el empleo de imágenes obtenidas desde satélites de observación terrestre para estudiar el clima en zonas urbanas.
Según ha informado Indra en un comunicado, el objetivo del proyecto ha sido “la obtención de información que permita una mejor prevención y gestión de los efectos de las olas de calor en las ciudades”, de forma que con él se busca “mejorar la eficiencia energética de los edificios y adecuar el planteamiento de la ciudad al fenómeno de las islas de calor”, que consiste en “la existencia de espacios en áreas urbanas que acumulan el calor y que tardan en enfriarse, lo que afecta a la habitabilidad y al consumo energético”.
En el proyecto se potencia la integración de diversas fuentes de información, en especial la recogida desde satélites de observación de la Tierra, para generar productos tipo que permitan a los consistorios de ciudades europeas mejorar el diseño de sus políticas medioambientales.
Los ayuntamientos de Madrid y Sevilla han participado en el estudio junto con los de otras ocho ciudades europeas –concretamente, Atenas, Bari, Bruselas, Budapest, Lisboa, Londres, Paris y Tesalónica– como usuarios, involucrando, entre otros, a los departamentos de Urbanismo y Vivienda y de Medio Ambiente de los consistorios.
Mapas térmico de Madrid y Sevilla
Como parte del estudio se han realizado termografías de Madrid y Sevilla en distintas fechas y horas del día. Con ellas se han elaborado mapas de la distribución del calor para identificar la ubicación de las islas de calor y estudiar su comportamiento.
El estudio ha puesto de relieve diferencias de tres y cuatro grados entre las zonas del centro de la ciudad y las áreas no urbanizadas, así como ha comprobado cómo las islas de calor retienen el calor y son “más perceptibles” durante la noche.
También se ha estudiado la eficiencia energética de edificios a partir del comportamiento térmico de los tejados. Para ello, se han utilizado termografías en las que se ha observado el “mal comportamiento” de construcciones que cuentan con cubiertas metálicas o que emplean material asfáltico en sus tejados.
Por el contrario, el estudio ha comprobado que aquellos edificios con cubiertas planas que emplean materiales como la gravilla para su aislamiento ofrecían un comportamiento térmico “sensiblemente mejor”, así como ha evidenciado el “efecto positivo” que tiene la presencia de zonas verdes y espacios sin tráfico sobre el entorno en las ciudades.
Las imágenes obtenidas con satélites de observación de la Tierra han demostrado que permiten caracterizar el comportamiento térmico de zonas urbanas extensas “de forma sencilla y económica” en comparación con otros medios.
El proyecto ha sido desarrollado por un consorcio de empresas, institutos y universidades europeas –Indra (España); VITO y Eurosense (Bélgica); Noa-Isars y Lap-Auth (Grecia); Planetek (Italia) y Edisoft (Portugal)– que presentaron las conclusiones de final de proyecto en septiembre de 2011, con la coordinación de la Agencia Espacial Europea (Esa/Esrin).
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