El satélite GOCE, perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA en inglés), en órbita desde marzo de 2009, ya alcanzó su objetivo de mapear la gravedad de nuestro planeta con gran precisión.
Aunque su misión ya concluyó, el consumo de combustible fue mucho más bajo de lo que había previsto la ESA debido a la baja actividad solar a lo largo de los últimos dos años. Esto le permitió a la Agencia poder prolongar la vida del GOCE, mejorando la calidad del modelo de gravedad.
Para ser capaz de medir la fuerza de la gravedad de la Tierra, el satélite estuvo volando en una órbita extremadamente baja, a 255 km de altura – aproximadamente 500 km más baja que la órbita de la mayoría de los satélites de observación de la Tierra. Sin embargo, en agosto de este año, bajaron aún más la órbita del satélite y llegará a 235 km de altura en febrero.
El primer gran “geoide” producido con base en las mediciones de la gravedad del satélite GOCE fue lanzado en junio de 2010. El geoide es la superficie de un océano global ideal, sin mareas y corrientes, formado apenas por la gravedad. El modelo es una referencia fundamental para realizar mediciones precisas del cambio de la corriente de los océanos, del nivel del mar y de las dinámicas del hielo.