Las aves y mamíferos marinos que habitan las costas y mares del Atlántico Sudoccidental se alimentan en áreas del Mar Patagónico que constituyen verdaderos supermercados oceánicos. Estos espacios, altamente productivos y predecibles en el tiempo, son críticos para sostener gran parte de la cadena trófica del ecosistema marino patagónico y su identificación es esencial para la conservación de su biodiversidad.
El seguimiento satelital, el uso de Sistemas de Información Geográfica (GIS) y de herramientas de análisis espacial, permiten señalar zonas de uso intenso de particular relevancia para aves y mamíferos marinos. Estos predadores tope se caracterizan por tener grandes requerimientos de espacio y recursos, y ser vulnerables a las actividades humanas, lo cual los convierte en buenos indicadores del estado de conservación del ecosistema.
En 2009, la Wildlife Conservation Society (WCS) y BirdLife International (BI) se unieron en una propuesta científico-educativa, la creación del Atlas del Mar Patagónico, una obra que concentra cartografía sobre la distribución en el mar y los corredores migratorios de 16 especies de predadores tope: albatros, petreles, pingüinos, lobos y elefantes marinos.
Esta iniciativa sin precedentes fue impulsada por el proyecto de WCS “Modelo del Mar (Sea and Sky)”, que concentró la información aportada por más de 25 científicos nacionales e internacionales de 13 instituciones de investigación y organismos de conservación. La base de datos en la que esta obra se sustenta, contiene hoy más de 280.000 localizaciones satelitales para aves y mamíferos marinos, las que corresponden a unos 1.300 viajes migratorios y de alimentación.
El proyecto WCS “Modelo del Mar (Sea and Sky)” tiene como objetivo promover la conservación de la biodiversidad del Mar Patagónico promoviendo una visión de manejo integrado de sus recursos marinos y la creación de áreas para su conservación. “El Atlas es una iniciativa sin precedentes, escrita por las mismas especies que habitan el Mar Patagónico”, dice el Dr. Claudio Campagna, director ejecutivo del proyecto Modelo del Mar. “Mejora nuestro conocimiento y ofrece información crítica para los futuros esfuerzos de conservación en la región”.
Diferentes herramientas de análisis espacial (ArcGIS, ArcGIS Spatial Analyst, Geostatistical Analyst y ArcGIS 3D) fueron aplicadas para el procesamiento de los datos georeferenciados, la elaboración de mapas de localizaciones satelitales, mapas de densidad de distribución y contornos de uso, los cuales identifican el rango de dispersión de estas especies en el Mar Patagónico y las áreas de mayor probabilidad de ocurrencia (donde los animales permanecen la mayor parte del tiempo). Esri y Aeroterra S.A. (distribuidor de ESRI en Argentina) han apoyado esta iniciativa mediante soporte técnico y adquisición de los programas de análisis. “GIS es una de las herramientas fundamentales de nuestro proyecto para identificar áreas relevantes del Mar Patagónico y promover su conservación”, dice Valeria Falabella, bióloga marina y directora asistente del WCS Modelo del Mar (Sea and Sky). “WCS promueve el concepto de especies paisaje y la conservación a escala ecosistémica integrando información de especies y espacios para generar productos científicos genuinos que apoyan los esfuerzos de conservación en todo el mundo”.
El Atlas del Mar Patagónico (versión impresa) representa un documento que resume información científica básica, oceanográfica y biológica, proporciona mapas de distribución de colonias y agrupaciones reproductivas y mapas sobre el uso que hacen del mar aves y mamíferos marinos. Contiene además mapas integrados, anuales y estacionales, sobre la distribución de 16 especies, e identifica ambientes marinos relevantes que deben ser foco de futuros esfuerzos de conservación en la región.
Se concluye que las principales zonas costeras del Mar Patagónico, por su importancia para la diversidad biológica, corresponden a: las aguas adyacentes a las Islas Malvinas, Isla de los Estados y Diego Ramírez, y la Península Valdés hasta la zona norte del golfo San Jorge. Los ambientes pelágicos, menos conocidos y más ignorados por los esfuerzos de conservación, que resultan de importancia para los predadores tope son: el frente oceanográfico asociado al talud patagónico, el entorno oceánico adyacente a las Islas Malvinas, el área del talud en la latitud del golfo San Jorge y el área bajo influencia del Río de la Plata. También son importantes las aguas al este del Banco Burdwood y las del frente polar, en el extremo sudeste del Mar Patagónico. Un corredor costero pelágico entre la Península Valdés y el talud tendría relevancia particular para los movimientos migratorios de la costa hacia el mar profundo.
El análisis desarrollado en el Atlas del Mar Patagónico intenta aportar información científica de base a los fines de implementar la visión de un manejo integrado ecosistémico. En especial, sugiere la necesidad de crear una red de áreas marinas, bajo particulares consideraciones de gestión para la biodiversidad, que incorpore ambientes del mar abierto conectados a zonas costeras especiales.
A la publicación del Atlas, siguió el desarrollo de la versión para web del Atlas del Mar Patagónico. Especies y Espacios, una herramienta de investigación y educación online con información básica y atractiva cartografía.
El sitio permite realizar comparaciones entre mapas de uso de diferentes especies o visualizar conjuntamente información oceanográfica como productividad, corrientes, frentes oceánicos, etc. y descargar mapas en alta resolución.
Fuente: Aeroterra S.A. Editado por Valeria Falabella (WCS, Director Asistente del Proyecto Modelo del Mar).