El Ibama quiere usar una tecnología de guerra para combatir crímenes ambientales, los Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs). Estas aeronaves ya han sido usadas para combatir incendios forestales, pero falta elegir el mejor modelo para la guerra contra la deforestación.
El Ibama va a definir, a lo máximo en tres meses, qué tipo de avión no tripulado va a ser el más útil para fiscalizar las acciones de deforestación. La tendencia es que por lo menos uno de ellos sea pequeño, parecido a un aeromodelo. Los aviones serán usados para facilitar la fiscalización en las áreas críticas donde los flagrantes de la deforestación son frecuentes.
Sólo en 2012 se devastaron 4.571 kilómetros cuadrados de la Floresta Amazónica. En los últimos doce meses, el Ibama aplicó 4 mil multas a los que deforestaron la región de la Amazonia, aprehendió 85 mil metros cúbicos de madera serrada y en tronco, lo equivalente a 4290 camiones compeltos.
El coordinador de fiscalización del Ibama dice que la compra de VANTs va a aumentar la eficiencia de las operaciones de combate al crimen contra el medioambiente