A menos de un mes de su lanzamiento, los satélites de la constelación Swarm de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya están cargados de combustible. Los ingenieros pronto comenzarán la delicada tarea de acoplar los tres satélites a la etapa superior del lanzador, que los liberará de forma simultánea en órbita a la Tierra.
Los tres satélites Swarm y todos los equipos necesarios para prepararlos para el lanzamiento llegaron al cosmódromo de Plesetsk hace tres semanas. El avión de transporte tuvo que realizar tres viajes para desplazar las 60 toneladas de material desde Múnich, Alemania, al norte de Rusia.
Nada más llegar, los satélites fueron sometidos a varios ensayos para certificar que todos sus componentes funcionan correctamente. A continuación, se cargaron sus depósitos de combustible con Freón 14 y se realizó una prueba de estanqueidad. Este ensayo incluía la comprobación de las válvulas del sistema de propulsión, para lo que, curiosamente, los técnicos tenían que escuchar su funcionamiento con un estetoscopio.
Estos preparativos fueron todo un reto logístico, ya que los satélites tuvieron que pasar de uno en uno por la sala donde se carga el combustible. El llenado de los depósitos constituye un importante hito en la campaña de lanzamiento de la misión Swarm. El despegue está programado para el día 14 de noviembre a las 12:02 GMT (13:02 CET). El próximo paso será recubrir los satélites con un material aislante multicapa, seguido de una serie de ensayos mecánicos.
A continuación, los satélites se acoplarán a la etapa superior ‘Breeze’ del lanzador Rockot. Esta etapa y la carena protectora llegaron de Moscú hace unos días, y actualmente están siendo preparadas para la integración.
Swarm será la primera constelación de satélites de observación de la Tierra de la ESA. El aspecto final de estos satélites no sólo es el resultado del conjunto de instrumentos que transportarán: tenían que ser lo más compacto posible para que cupiesen los tres bajo la carena del mismo lanzador. El mecanismo de separación, diseñado a medida para esta misión, garantizará que los tres satélites se separen del lanzador de forma simultánea.
Swarm es la nueva misión de la familia Earth Explorer de la ESA, de la que también forman parte GOCE, SMOS y CryoSat.
Cada uno de estos satélites está diseñado para ayudarnos a comprender mejor un aspecto específico del funcionamiento de nuestro planeta, y para probar nuevas tecnologías para la observación de la Tierra desde el espacio. El objetivo de Swarm será recoger datos que nos ayuden a comprender mejor el campo magnético de la Tierra.
Los tres satélites de esta constelación están equipados con sensores magnéticos y seguirán unas órbitas cuidadosamente seleccionadas para identificar y medir con gran precisión las señales magnéticas emitidas por el núcleo, el manto, la corteza, los océanos, la ionosfera y la magnetosfera terrestre – todos y cada uno de los factores que componen el campo magnético de nuestro planeta.
Aunque no se puedan observar a simple vista, el campo magnético y las corrientes que rodean a la Tierra generan una serie de fuerzas que tienen un gran impacto en nuestra vida cotidiana. El campo magnético es como una enorme burbuja que nos protege de la radiación cósmica y de las partículas cargadas que bombardean la Tierra a través del viento solar.
Swarm nos desvelará una gran variedad de procesos naturales, desde los que ocurren en las profundidades del planeta para impulsar la dinamo de la Tierra a la meteorología espacial asociada con la actividad solar. En última instancia, esta misión nos ayudará a comprender por qué se está debilitando el escudo protector de nuestro planeta.
Fuente: ESA