Tras cartografiar las variaciones en el campo gravitatorio terrestre con una precisión sin precedentes durante cuatro años, el satélite Goce ha agotado su combustible y se ha declarado el final de su misión. Desde su lanzamiento en 2009, Goce (siglas en inglés de Explorador del Campo Gravitatorio Terrestre y la Circulación Oceánica) es el satélite de investigación que más bajo ha estado orbitando la Tierra.
Su ‘gradiómetro’ – el sensible instrumento que mide gravedad en 3D – ha sido el primero en operar desde el espacio, y ha detectado variaciones en la gravedad de la Tierra con una precisión nunca antes alcanzada. El resultado es un modelo único del geoide, que se corresponde con la forma ideal de un océano global en reposo y que es esencial para medir con precisión la circulación oceánica y los cambios en el nivel del mar.
Goce ha proporcionado información de calidad y resolución sin precedentes sobre topografía dinámica y sobre circulación oceánica, contribuyendo a una mejor comprensión de los océanos del planeta. Los científicos también han sacado partido a los datos de Goce para crear el primer mapa de alta resolución de la frontera entre la corteza terrestre y el manto, una zona llamada Moho. El satélite también se convirtió en el primer sismómetro en órbita cuando detectó las ondas sonoras del gran terremoto que azotó Japón el 11 de marzo de 2011.
Aunque la misión se completó en abril de 2011, el consumo de combustible fue mucho menor de lo previsto debido a la baja actividad del sol, lo que ha permitido a la ESA prolongar la vida del satélite. En agosto de 2012 el equipo de control empezó a hacer bajar el satélite –de 255 km de altitud a 224Km-. Apodada ‘la segunda misión de Goce’-, este descenso permitió medidas aún más precisas.
“Esta innovadora misión ha sido un desafío para todo el equipo: desde construir el primer gradiómetro para el espacio hasta mantener una órbita tan baja en constante caída libre, a hacer que la órbita bajara aún más”, dijo Volker Liebig, Director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA. “El resultado es fantástico. Hemos obtenido los mejores datos de gravedad de que disponen los científicos. Esto ya demuestra que Goce ha valido el esfuerzo. Además, no dejan de emerger constantemente nuevos resultados científicos”.
El 21 de octubre la mission ha alcanzado su final natural, al agotarse el combustible. Se espera que el satélite reentre a la atmósfera terrestre en las próximas dos semanas. La adquisición de datos y las operaciones de satélite proseguirán durante otras dos semanas hasta que sus sistemas dejen de funcionar debido a las condiciones ambientales extremas a una altitud tan baja. En este momento el satélite será apagado, en lo que supondrá el final de las actividades para el equipo de control de Goce.
La mayor parte del satélite se desintegrará, pero algunas partes pequeñas alcanzarán la superficie. Aún no es posible predecir dónde y cuándo caerán estos restos; el área afectada se determinará de forma mucho más precisa a medida que se acerque la fecha de la reentrada.
El descenso de Goce está siendo monitorizado mediante una campaña internacional en la que está implicado el Comité Interagencias de Coordinación de Restos Espaciales (Inter-Agency Space Debris Coordination Committee). La situación está siendo vigilada constantemente por la Oficina de Restos Espaciales de la ESA, que emitirá periódicamente predicciones sobre la reentrada.
La ESA mantendrá permanentemente informados en todo momento a sus Estados.
Fuente: ESA