La Nasa, Agencia Espacial Norteamericana, lanzó el satélite Orbiting Carbon Observatory–2 (OCO- 2), proyectado para medir los niveles de dióxido de carbono en la atmosfera.
El OCO – 2 despegó a bordo de un cohete Delta II, de la base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, California. El satélite forma parte del A-Train, una constelación de otros cinco satélites internacionales de observación de la Tierra.
Después de dos intentos fracasados para enviar un cohete espacial de monitoreo de carbono, una en 2009 y otra en 2011, el lanzamiento fue un éxito. Tras 56 minutos de vuelo, el satélite se separó del cohete sin fallas.
De acuerdo con la Nasa, la misión del OCO-2 es obtener datos detallados de las fuentes naturales de dióxido de carbono e imágenes que permitan identificar los lugares de la superficie terrestre donde el dióxido de carbono es removido.
Además, según Kevin Gurney, profesor asociado de la Universidad Estatal de Arizona, Tempe, el satélite contribuirá en la medición de emisiones de combustibles fósiles.