De acordo com la Agência FAPESP, las estimaciones de áreas de vegetación natural afectadas por incendios ahora es más precisa en Brasil
Esto se debe a que científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) desarrollaron un algoritmo automatizado –secuencias de comandos que se pasan a una computadora con el fin de realizar una tarea– destinado a detectar mensualmente áreas quemadas en el país con base en datos de monitoreo remoto obtenidos por el sensor orbital Modis (las siglas de Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer), de la Nasa, la agencia espacial estadounidense.
La implementación y la utilización de dicho algoritmo, producto de una investigación de posdoctoral realizada con Beca de la FAPESP, está a cargo del Grupo de Monitoreo de Quemas e Incendios del Inpe, con el objetivo de generar estimaciones nacionales de áreas quemadas con periodicidad mensual y retroactivamente: desde 2005 hasta ahora.
“Mediante el empleo de este nuevo algoritmo, logramos mejorar las estimaciones y generar mapas de áreas de vegetación quemadas en Brasil con una calidad superior a la que existía”, dijo Renata Libonati, quien desarrolló el algoritmo durante su posdoctorado realizado en el Inpe, en declaraciones a Agência FAPESP.
Esta investigación posdoctoral estuvo supervisada por Alberto Setzer, coordinador del Grupo de Monitoreo de Quemas e Incendios del Inpe.
De acuerdo con Libonati, quien actualmente es docente del Departamento de Meteorología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), hasta ahora el mapeo de áreas quemadas en Brasil se llevaba a cabo con base en algoritmos desarrollados por la Nasa, utilizados para el monitoreo remoto a escala global.
Pese a la ventaja de que permite observar la evolución de los incendios en todo el planeta, el monitoreo remoto a escala global exhibe problemas y limitaciones para su uso regional, ponderó la investigadora.
“Debido a que el monitoreo remoto global se lleva a cabo en forma generalizada, para varios biomas, no se tienen en cuenta las características regionales, tales como el tipo de vegetación, el suelo y el clima”, explicó. “Y diversos estudios han demostraron que existen grandes divergencias en la cuantificación de los incendios con esos sistemas de monitoreo remoto a escala global, tanto en términos de extensión anual como de localización de las áreas de incendios”, señaló.
Con el fin de superar esas limitaciones de los sistemas de monitoreo remoto a escala global, la investigadora desarrolló un algoritmo regional llamado AQM, que cuenta con una resolución espacial de un kilómetro cuadrado (km²).
Este algoritmo se basa en un índice de vegetación sensible a los incendios, obtenido a partir de valores diarios de la proporción entre el flujo de radiación electromagnética incidente sobre una superficie y el flujo que se refleja (reflectancia), suministrados por el sensor orbital Modis en los rangos espectrales del infrarrojo cercano y medio, aparte de datos de diversos sensores de detección de incendios.
Para validar el algoritmo, los científicos realizaron un estudio, publicado en la revista Remote Sensing, en el cual evaluaron su capacidad para detectar y cuantificar áreas de incendios en la zona de Jalapão, en el estado de Tocantins, en la sabana brasileña, utilizando como referencia mapas derivados de imágenes obtenidas por el sistema orbital Landsat.
Los resultados se compararon con los de los algoritmos que utiliza la Nasa, a los efectos de cuantificar áreas quemadas a escala global.
Las comparaciones indicaron que con el algoritmo regional se pudieron estimar las áreas de incendios en la zona con mucha mayor precisión que con los algoritmos que utiliza la Nasa.
“Los algoritmos que emplea la Nasa presentan muchos errores de omisión en la ubicación y en la extensión de las áreas quemadas. Mediante el empleo del algoritmo que nosotros desarrollamos, logramos disminuir esos errores y aumentar la detección de áreas quemadas”, comparó Libonati.
Con este algoritmo, los investigadores también desarrollaron un banco de datos mensuales de incendios para todo el territorio brasileño que cubre período 2005-2014.
Con todo, la idea consiste en mejorar cada vez más las estimaciones de áreas quemadas en Brasil, mediante sensores orbitales más refinados, tales como el VIIRS (las siglas de Visible Infrared Imaging Radiometer Suite), a bordo del satélite S-NPP (las sigla de Suomi National Polar-orbiting Partnership), de la Nasa, que entró en operación en octubre de 2011 y empezó tomar imágenes de la Tierra.
“Si bien los resultados del algoritmo desarrollado para el sensor MODIS son satisfactorios, aún se hace necesario perfeccionar el método mediante nuevas validaciones en otros biomas. Asimismo, ya se está desarrollando la adaptación de este algoritmo para el nuevo sensor VIIRS, que posee información más refinada, de 375 metros”, afirmó Libonati.
Un censo de incendios
Los investigadores pretenden perfeccionar el algoritmo, con el objetivo de recabar datos sobre incendios en todos los biomas brasileños.
De acuerdo con Libonati, esta información resultará útil no sólo para evaluar los efectos ambientales y mitigar la incertidumbre en el cálculo de emisiones y dispersión de contaminantes generados por la quema de vegetación, sino también para analizar los impactos de la emisiones provenientes de incendios en los escenarios futuros de cambios climáticos.
“Los incendios están asociados con la degradación de los ecosistemas y con enfermedades respiratorias entre las comunidades locales, y al mismo tiempo contribuyen en la emisión de gases de efecto invernadero, aerosoles y gases traza. Cualquier intento de caracterizar y mitigar el impacto climático de las quemas supone la existencia una base de datos confiable, con información sobre la localización y la extensión de las áreas de vegetación afectadas por el fuego”, sostuvo.
Se considera que la conversión de la vegetación natural en áreas de pastoreo o de cultivos agrícolas mediante el uso del fuego constituye la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, aerosoles (material en partículas) y gases traza –tales como el dióxido de carbono y el metano– en Brasil, según afirman expertos del área.
Y los cambios climáticos asociados con alteraciones en el uso de la tierra tienen capacidad potencial de aumentar drásticamente la incidencia, la extensión y la gravedad de los incendios.
Estas preocupaciones apuntan hacia la necesidad de contar con información confiable sobre los incendios que llegue a los tomadores de decisiones, los científicos y los gestores de recursos, según señalan los investigadores.
“Es de esperarse que los resultados obtenidos con este algoritmo se apliquen a la cuantificación brasileña de las metas REDD [las siglas en inglés de Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation, expresión que designa a un conjunto de incentivos económicos destinados a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes del desmonte y de la degradación ambiental], por ejemplo, de manera tal de contemplar las demandas del gobierno brasileño”, dijo Libonati.
Puede leerse el artículo intitulado “An algorithm for burned area detection in the brazilian Cerrado using 4 µm MODIS imagery” (doi: 10.3390/rs71115782), de Libonati y otros, en la revista Remote Sensing, en el siguiente enlace: mdpi.com/2072-4292/7/11/15782/htm.
Fuente: http://agencia.fapesp.br/las_estimaciones_de_areas_quemadas_en_brasil_ganan_en_precision/23482/