Que el clima está cambiando a ritmo acelerado es un hecho. Las evidencias están en todas partes y mientras más pronto comprendamos lo que pasa más posible será que tomemos acciones adecuadas para evitar que sus efectos sean destructivos. Durante años la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA) han recopilado información que ayuda a conocer una parte de este fenómeno mundial. Ahora, ambas agencias espaciales se han asociado para observar a la Tierra y seguir los cambios que en ella ocurren de forma conjunta.
La unión hace la fuerza y el conocimiento
Esta nueva alianza estratégica busca monitorear a la Tierra con el fin de apoyar la respuesta mundial ante el cambio climático. En conjunto, ambas agencias se encargarán de observar, investigar y desarrollar aplicaciones de las ciencias de la Tierra. La declaración conjunta de intenciones se firmó el martes 13 de julio.
El documento establece la forma en que colaborarán ambas agencias espaciales. Se considera avanzar en la comprensión del sistema terrestre, el cambio climático y la aplicación del mismo conocimiento. También se busca colaborar en una política de datos abiertos que promueva el intercambio de información entre la comunidad científica y hacia el público no especializado.
“Este acuerdo transformador se basará en esa capacidad, forjando una asociación internacional de ciencia climática crítica para abordar las cuestiones climáticas más desafiantes de una manera integrada y estratégica. La NASA y la ESA trabajarán juntas, no solo para ofrecer observaciones, investigaciones y aplicaciones incomparables de las ciencias de la Tierra, sino que todos nuestros hallazgos también serán gratuitos y abiertos para el beneficio del mundo entero mientras trabajamos juntos para combatir y mitigar el cambio climático”, explica Thomas Zurbuchen, quien es Administrador asociado de la NASA.
La historia de colaboración entre estas dos agencias espaciales no es nueva. Un ejemplo de su trabajo en equipo es el satélite de observación climática Sentinel-6 Michael Freilich. Este dispositivo espacial se encarga de hacer mediciones sobre el nivel del mar y la forma en que crecen los océanos al responder al cambio climático. También obtiene datos sobre temperatura y humedad que ayudarán a afinar los modelos climáticos y obtener mejores pronósticos meteorológicos.
“Sin duda, el espacio es el mejor punto de observación para medir y monitorear el cambio climático, pero el unir fuerzas también es clave para abordar este problema global”, mencionó Josef Aschbacher, quien es director general de la ESA. El funcionario resaltó la importancia de este acuerdo de colaboración con miras a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se realizará a finales de este año. También comentó su intención de hacer del espacio “una parte integral de la solución cuando se trata de la mitigación del cambio climático”.
Apenas en mayo la NASA anunció la creación de su Observatorio del Sistema Terrestre. Lam declaración de intenciones en conjunto con la ESA refuerza esta acción enfocada en el cambio climático, la mitigación de desastres, la lucha contra incendios forestales y la mejora de procesos agrícolas en tiempo real. Adicionalmente, las dos agencias espaciales ya trabajan en una nueva misión de gravedad para estudiar procesos esenciales del sistema terrestre. Un ejemplo de esto es el ciclo del agua y sobre él se planea pesar al líquido en distintas ubicaciones como bajo tierra o en los océanos, con esto se espera comprender mejor su distribución y transporte.
La época de la investigación aislada va quedando lejos. Fenómenos globales como el cambio climático obligan a buscar espacios de colaboración. Esa y NASA ya han trabajado juntas en algunos proyectos, ahora se trata de una propuesta más ambiciosa. La colaboración internacional nos ayudará a comprender mejor la forma en que funciona nuestro planeta, aún en un periodo de cambios acelerados como el actual.
Fuente: Proyecto Chema Tierra