La reciente tragedia de las inundaciones en Rio Grande do Sul, en Brasil, puso de relieve la necesidad de adoptar medidas eficaces para recuperar las zonas afectadas y prevenir futuros desastres naturales. Las inundaciones causaron daños importantes a las comunidades, la infraestructura y el medio ambiente, destacando la importancia de una gestión eficiente de las aguas pluviales a través de tecnologías especializadas.

Para la directora ejecutiva de NeoAcqua, Sibylle Muller, la aplicación de tecnologías coordinadas es fundamental no sólo para la recuperación de las zonas impactadas, sino también para la construcción de una infraestructura resiliente.

“Invertir en sistemas de drenaje inteligentes, estanques de retención e infraestructura verde puede salvar vidas y proteger a las comunidades. La aplicación de estas innovaciones es fundamental para evitar nuevos desastres y reducir los impactos por lluvias e inundaciones”,

explica.

A continuación, Sibylle reunió algunas de las tecnologías y medidas que se pueden implementar para ayudar en la recuperación después de las inundaciones y prevenir futuros desastres:

  1. Sistemas de drenaje inteligentes: mediante sensores e IoT (Internet de las cosas), estos sistemas monitorean y controlan el flujo de agua en tiempo real. Miden los niveles de agua, pueden detectar obstrucciones y activar automáticamente bombas y compuertas, asegurando un drenaje eficiente y evitando inundaciones localizadas.
  2. Embalses de Detención y Retención: Estos embalses, subterráneos o abiertos, almacenan grandes volúmenes de agua durante las fuertes lluvias, liberándolos lentamente para evitar sobrecargar los sistemas de drenaje. Esta técnica ayuda a controlar el flujo de agua y reducir el riesgo de inundaciones.
  3. Infraestructura para la retención de agua de lluvia: Soluciones como techos verdes, jardines, plazas, parques paisajísticos y parterres con plantas y árboles, pavimentos permeables, pisos con elementos huecos con césped en el medio y áreas de infiltración pueden absorber y retener el agua de lluvia antes de que llegue al drenaje urbano. sistemas, reduciendo el volumen de agua superficial y la carga sobre la infraestructura existente.
  4. Sistemas de separación de sólidos: Dispositivos colocados a la salida de la tubería de aguas pluviales, antes del ingreso a la red pública de drenaje y que tienen como objetivo separar y retener los sólidos gruesos e impedir que ingresen a la tubería para evitar obstrucciones de la red. y sedimentación de cuerpos de agua receptores (ríos, lagos y presas). Los sólidos gruesos, si no se retienen, pueden crear obstáculos en la red de drenaje urbano, impidiendo que el agua fluya, causando potencialmente inundaciones aguas arriba de la obstrucción. Los cuerpos de agua sedimentados tienen un menor calado para el drenaje, lo que puede provocar un aumento en el nivel del agua a drenar, con posibilidad de desbordes en las orillas y consecuentemente inundaciones.
  5. Modelización Hidrológica y Predicción de Lluvias: Utilizando modelos hidrológicos avanzados y predicciones meteorológicas, es posible predecir eventos de lluvia intensa y tomar medidas preventivas, como activar sistemas de bombeo o vaciar embalses, mitigando los impactos de las inundaciones.
  6. Monitoreo y Alerta Temprana: Los sistemas de monitoreo continuo de los niveles de ríos, canales y drenajes, combinados con sistemas de alerta temprana, advierten a la población y autoridades sobre riesgos inminentes de inundaciones, permitiendo una respuesta rápida y efectiva.
  7. Sistemas de Reciclaje y Reutilización de Agua de Lluvia: Infraestructuras que capturan, tratan y aprovechan el agua de lluvia para su uso en fines no potables y así reducir la cantidad de agua que necesita ser gestionada por los sistemas de drenaje, aliviando la presión durante eventos de precipitaciones intensas.

“Esta implementación requiere un esfuerzo coordinado entre gobiernos, empresas y sociedad, destacando la necesidad de políticas públicas efectivas e inversiones continuas en infraestructura y educación. La adopción de estas medidas puede transformar la gestión del agua urbana y garantizar que las ciudades estén preparadas para afrontar fenómenos climáticos extremos”,

concluye la especialista.

Con información de NeoAcqua