Un nuevo informe publicado a principios de junio por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proporciona una serie de información científica sobre el estado actual de los océanos, que involucra aspectos físicos, químicos, ecológicos y socioeconómicos. Aunque actualmente sólo se ha cartografiado el 25% del fondo del océano, ya se sabe que el calentamiento en zonas más profundas está a un ritmo sin precedentes.  

“Con el calentamiento del planeta cada año que pasa, el hielo de los casquetes polares comienza a derretirse y toda el agua que estaba congelada va a los océanos, elevando el nivel del mar.”,

explica el biólogo y máster en Ciencia y Tecnología Ambiental, Paulo Jubilut, profesor de Aprova Total.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) predice un aumento promedio del nivel del mar de poco más de un metro para 2100. Sin embargo, los científicos advierten que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, esta cifra podría alcanzar los dos metros para 2100 y los cinco metros. para 2150.   

Según datos publicados el año pasado por la NASA, la agencia espacial estadounidense, en los últimos 30 años el nivel del océano ha aumentado una media de nueve centímetros. El nuevo informe difundido por la UNESCO destaca que no hay duda de que este proceso se acelerará -o mejor dicho- se está acelerando como consecuencia del calentamiento global del planeta, consecuencia del exceso de emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero provocado por el hombre.  

Además, una investigación realizada por Climate Central, una organización sin fines de lucro, basada en datos proporcionados por la NASA, indica que varias ciudades brasileñas podrían quedar sumergidas hasta el año 2100. Entre las ciudades afectadas se encuentran Cabo Frio (RJ), Belém (PA), Ilha do Marajó (PA), Oiapoque (AP), Porto Alegre (RS), Santos (SP), Fortaleza (CE) y Pelotas (RS).  

“Hay países que corren el riesgo de desaparecer por completo debido al avance del mar, como el pequeño Tuvalu, en Oceanía. Este país está formado por nueve pequeñas islas y las casas de 12.000 personas están siendo tragadas por el agua salada del Océano Pacífico.”,

dijo Jubilut.   

El biólogo aporta otra perspectiva sobre el hundimiento de las islas: el aumento del nivel del mar está afectando la disponibilidad de agua dulce y perjudicando la agricultura de Tuvalu. La infiltración de agua de mar en el suelo reduce la cantidad de agua dulce disponible, lo que hace que los residentes dependan del agua de lluvia para beber y realizar otras actividades diarias.   

Uno de los mayores problemas de la desaparición de estas regiones del mapa es que sus habitantes se quedarán sin hogar y tendrán que buscar un nuevo lugar donde vivir. El informe del IPCC predice que hasta 72 millones de personas tendrán que abandonar las regiones costeras debido al aumento del nivel del mar. Y esta es sólo una de las crisis migratorias provocadas por el cambio climático. Otros factores también pueden desencadenar estas migraciones, como las sequías, la falta de alimentos y agua y los desastres relacionados con el clima.   

La investigación científica enfatiza la importancia de una acción global coordinada para combatir el calentamiento global y sus consecuencias en los océanos. Esto incluye reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, desarrollar tecnologías sostenibles y promover prácticas ambientales responsables.  

La conservación de los ecosistemas marinos, la restauración de áreas degradadas y la implementación de políticas efectivas de gestión costera son cruciales para mitigar los impactos negativos y proteger a las comunidades vulnerables.

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