La constelación de la ESA Swarm, integrada por tres satélites, ha sido colocada esta tarde en una órbita casi polar por un lanzador ruso Rockot. Swarm monitorizará durante cuatro años el campo magnético terrestre, desde las profundidades del interior de nuestro planeta a las capas superiores de su atmósfera.

Earth's magnetic field

Los satélites Swarm nos proporcionarán gran cantidad de información sobre el funcionamiento del escudo magnético que protege nuestra biosfera de las partículas cargadas y de la radiación cósmica. Los satélites tomarán medidas precisas para evaluar el debilitamiento actual del campo magnético, y averiguar si contribuye al cambio global.

El lanzador Rockot ha despegado del puerto especial de Plesetsk, en el norte de Rusia, a las  12:02 GMT (13:02 CET) el 22 de noviembre.

Unos 91 minutos después, la etapa superior Breeze-KM ha dejado a los tres satélites en una órbita circular casi polar, a una altitud de 490 Km.

Las estaciones de Kiruna, en Suecia, y Svalbard, en Noruega,  han establecido contacto con el trío de satélites unos minutos más tarde.

Los tres satélites están siendo controlados por los equipos de la ESA en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Darmstadt, Alemania. En las próximas horas desplegarán sus mástiles, de cuatro metros de longitud, donde están instalados los instrumentos científicos. Los próximos tres meses tiene lugar la fase de comisionado, en la que se verifica el funcionamiento correcto de la carga útil y los satélites se sitúan en sus respectivas órbitas operacionales.

Los dos satélites que están más abajo volarán en formación, en pareja, separados unos 150 Km (10 segundos) sobre el ecuador y a una altitud inicial de 460 Km, mientras que el satélite superior se elevará hasta ocupar una órbita a 530 km de altitud.

“Swarm está a punto de llenar un vacío en nuestra visión del sistema de la Tierra, y en cómo vigilamos los efectos del cambio global”, destacó Volker Liebig, director de observación de la Tierra de la ESA.

Los tres satélites “nos ayudarán a entender mejor el escudo que nos protege de la radiación y las partículas procedentes del Sol”.

Fuente: ESA