El calentamiento global ya empezó a modificar la silueta del planeta. El deshielo progresivo del Ártico y el avance de la desertificación están provocando alteraciones geográficas que, a medida que se consolidan, encuentran espacio en los mapas.

Un ejemplo es la forma del lago Chad, ubicado en la frontera entre Chad, Nigeria, Níger y Camerún, que tenía un tamaño muy diferente al actual, al ser descubierto y mapeado por exploradores europeos en el siglo XIX. La extensión del lago se redujo en más del 80%, en función de las alteraciones climáticas y de la demanda creciente por agua. La imagen del nuevo lago Chad es una de las alteraciones geográficas reveladas en el nuevo Atlas Universal compilado entre el Instituto Cartográfico de Cataluña (ICC) y la Editora Planeta.

Se trata del primer atlas publicado en España con cartografía propia, gracias al bien equipado fondo de documentos del ICC. Para la ejecución del trabajo, que llevó dos años, se usaron las más recientes tecnologías aplicadas a la cartografía, lo que permitió trabajar con nuevos diseños que facilitan la lectura e interpretación de los mapas.