La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) puso en órbita el satélite Goce que cartografiará con una precisión sin precedentes el campo gravitatorio de la Tierra.

Los resultados de la misión permitirán calibrar cómo está subiendo el nivel de los mares a causa del cambio climático, cuantificar la pérdida de hielo en los polos o comprender mejor el movimiento de las placas terrestres y el origen de los terremotos.

Para detectar las mínimas variaciones del campo gravitatorio terrestre de unas zonas a otras, trabajará en una órbita de 268 kilómetros de altitud.

Goce inaugura una nueva generación de satélites para monitorizar la salud del planeta que la ESA prevé lanzar en los próximos cinco años en el marco de su programa Explorador Terrestre. Otros cinco satélites han sido ya aprobados para estudiar desde la dinámica de la atmósfera hasta la desertificación en los continentes o la salinidad en los océanos.

Fuente: La Vanguardia