El ómnibus espacial Endeavour llevó al espacio, dos minúsculos satélites estudiantiles, tan pequeños que se llaman picosatélites. Los dos juntos caben en una caja de zapatos.

A pesar de pequeños, la tecnología que deberán testar está entre las más promisorias para el futuro de la exploración espacial: la navegación y el atraque de naves espaciales de forma autónoma.

Cada uno de los satélites tiene la forma de un cubo de 12,5 centímetros de lado y pesan 2,1 kilos. Recorrerán varias órbitas en torno a la Tierra colectando datos de posicionamiento para testar un nuevo receptor de GPS, de la Nasa, instalado en los dos picosatélites.