Esri ofrece plataformas, como ArcGIS, determinantes para que desde la ciencia se logre convencer a los líderes mundiales de tomar medidas drásticas y adoptar la meta del 30 x 30 como decisión política.

El convenio de diversidad biológica, que se firmó en 1992, pone una meta cada 10 años a los países firmantes para lograr su objetivo que es frenar la pérdida de biodiversidad. Así, estas metas de cada 10 años establecieron que entre 2010 y 2020 se conservará el 17 por ciento del área terrestre de los países y el 10 del área marina, por lo que cada país se comprometía a que en ese lapso debía declarar áreas protegidas en esos porcentajes.

Esas metas se trabajaron durante esos años, muchos países las cumplieron, entre ellos Colombia y la región de América Latina pero, de acuerdo con la experta Julia Miranda Londoño, lo que ocurre es que los expertos, técnicos y científicos hacen una permanente evaluación de los resultados de esos compromisos, que en total suman unas 17 o 20 metas (de las que hacen parte esos porcentajes).

“En la última evaluación fue en el año 2019, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés) les dijo a los países y al convenio de diversidad biológica que la pérdida de biodiversidad no se ha frenado, continúa y cada vez es más grave, se están perdiendo tantas especies por día y que hay en peligro de extinción más de 1 millón de especies de fauna y flora porque nos quedamos cortos en esa meta”, precisa la Directora de Responsabilidad Ambiental en Esri.

Eso motivó la reunión de los científicos, sobre todo los de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que es el organismo técnico asesor de Naciones Unidas de estos expertos que analizan qué propuesta le pueden hacer al convenio de diversidad biológica para poder lograr el cumplimiento de sus objetivos y metas. Muchos de ellos manifestaron que era indispensable que se conservará el 50 por ciento del planeta si se quería enfrentar las diversas crisis de cambio climático, biodiversidad y, por supuesto, también incluyendo la pandemia, porque tiene las mismas causas.

Posteriormente, se hizo una amplia consulta de si era viable el 50 por ciento o no, pensando en si era posible que el planeta cumpliera con ese porcentaje de conservación y se llegó a una propuesta que, aunque no es precisamente la planteada inicialmente, sí es ambiciosa e importante y que es que se conserve mínimo el 30 por ciento de la tierra, el 30 de mar y de las aguas dulces.

“Esa es la propuesta que se está llevando a la aprobación de los países del Convenio de Diversidad Biológica. De ahí, igualmente, surge la propuesta del portal 30 × 30, que lo que quiere decir es que las naciones deben dedicar sus esfuerzos –ya no solamente pensando en áreas protegidas estrictamente conservadas– sino en estrategias de conservación en el 30 por ciento del planeta, mar, tierra y aguas dulces, y un manejo efectivo con buenas prácticas del otro 70 por ciento”, explica la experta.

Es allí –añade– donde la compañía Esri ve esta posibilidad de ofrecer su tecnología y la plataforma (ArcGIS) a los países para que puedan reportar al Convenio, hacer seguimiento de cómo van en esa declaratoria y poder medir y espacializar en los mapas de cada país y del mundo esa gran ambición que hay con esas declaratorias.

Para ver el portal visite: https://30×30-sostenibilidad.hub.arcgis.com/

Así mismo, señala que hubo una iniciativa muy importante en enero de este año, liderada por Francia, Costa Rica y otras 70 naciones, que se denominan los ‘Países de la alta ambición’, en donde lo que han hecho es negociar previamente la aprobación de la conferencia de las partes del convenio de diversidad biológica y afirmar que todos ellos lo van a hacer.

Son más de 160 países los del convenio, pero aún no se sabe cuántos vayan a decir que sí y que además se logre aprobar efectivamente ese 30 por ciento. Colombia hace parte de los ‘Países de la alta ambición’ y a ellos también se suman Ecuador, Canadá, México y otros de la región.

Al respecto, Manuel Francisco Lemos, gerente general de Esri Colombia, comenta que “La conservación del ambiente es un problema inaplazable que hasta ahora empezamos a comprender. Por su complejidad requiere la responsabilidad y el trabajo conjunto de la sociedad para protegerlo. La integración de la comunidad utilizando la geografía permite medir, entender, trabajar unidos, visualizar, proponer ideas y tomar acciones para resolverlo”.

Conservación / protección

Según Miranda, hablar de protección o de conservación para los muy expertos sí tiene algunas diferencias, porque protección puede implicar uso sostenible y buenas prácticas, en donde estas últimas llevan a que las diferentes actividades se desarrollen protegiendo los recursos naturales, en tanto que la conservación tiene un sentido estricto de no uso.

En esa línea, Colombia –desde su constitución– dice que está comprometida con el desarrollo sostenible y los planes en ese sentido de los presidentes establecen las estrategias para que el impulso económico de Colombia cumpla con ese mandato constitucional.

Con respecto a cómo se miden esos indicadores de sostenibilidad y cómo está Colombia en ese aspecto, Julia Miranda sostiene que hay muchos escenarios en donde se ha definido no solamente qué es desarrollo sostenible, sino qué significa en términos de indicadores y de aplicación de las actividades.

“El desarrollo sostenible para el Convenio de Diversidad Biológica se toma la definición que oficializó la Comisión Brundtland hace muchos años (antes de la Constitución de 1991), al tiempo que Colombia fue parte muy importante de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y casi que nuestro país Colombia se craneó esos ODS, en cabeza de Paula Caballero, que era la persona de la Cancillería que estaba en esas negociaciones. Los indicadores de los objetivos de desarrollo sostenible, me parece a mí, que son los principales para saber si un país está en la senda del desarrollo sostenible”, subraya la Directora de Responsabilidad Ambiental.

Así las cosas, y si se quiere cumplir la meta del 30 por ciento, Miranda asegura que la declaratoria de áreas protegidas es una decisión política y un compromiso de país que implica los ejercicios de declaratoria. Si Colombia declara en una oficina un área protegida, eso tiene que ser con participación de las comunidades locales que viven en esos sitios o están alrededor y, por ende, se ven directamente influenciadas por el tema.

Es decir que se necesita una amplia participación y todos tienen unos procesos que requieren decisión política, presupuesto y financiación, manejo efectivo de esas áreas y una fuerte convicción de conservación y de protección de los recursos.

“Nuestro país, tradicionalmente, ha demostrado eso, porque la Constitución de Colombia es una norma muy importante que tiene artículos que favorecen esa decisión, aparte de la voluntad que han expresado los presidentes. Ahora tenemos que mirar qué candidatos a la Presidencia tienen programas concretos y serios de medio ambiente para poder cumplir con esto. Adicionalmente, este mes se aprobó el documento de política Conpes del sistema nacional de áreas protegidas y que está para cumplir las metas de los siguientes 10 años de la convención de diversidad”, destaca esta experta.

Sobre el papel de Esri en esta iniciativa, Miranda manifiesta que le parece importantísimo, porque es lo que les brinda al país y a las distintas instituciones encargadas de adelantar esta responsabilidad –desde el Ministerio de Ambiente, las corporaciones autónomas regionales y los institutos de investigación científica– herramientas para poder monitorear y espacializar el esfuerzo y ver el avance del cumplimiento de las metas.

Eso genera una certeza en la información, que es supremamente relevante, pues se trata de información fiel y fidedigna en plataformas confiables, y también genera un estímulo al país y a todas las organizaciones que tienen a su cargo cumplir esta tarea, para ver el avance, cuánto nos falta y si hay que apurarnos, según lo anota la Directora de Responsabilidad Ambiental de Esri.

En esa línea, Vanessa Guzmán Mesa, gerente Sector Sostenibilidad y Desarrollo en Esri Colombia, añade que esta compañía lleva más de 50 años –casi desde que se fundó– trabajando en temas de conservación, en tanto que en los últimos años cada vez es más clara la necesidad de empezar a trabajar adecuadamente para temas de cambio climático, conservación y de protección a biodiversidad.

“Por medio de nuestra herramienta, que es un software que da la posibilidad de empezar a articular las diferentes fuentes de información, basado y centralizado con la geografía, nos permite también comenzar a coincidir con espacio, tiempo y demás para esta información que proviene de muchas fuentes. A nivel global estamos participando con las Naciones Unidas, no solamente para el tema de conservación sino en temas generales, con la agenda 2030 y los ODS, también hemos estado trabajando en Colombia directamente con el Dane, ONG’s, con el sector público, con el sector privado y todos haciendo uso de la plataforma ArcGIS (Sistema de Información Geográfica), para todas las actividades e iniciar así a generar indicadores para poder medir ese desarrollo sostenible”, sintetiza Guzmán.

Y agrega que en el ámbito global Esri Inc. está participando con expertos internacionales sobre toda la parte de conservación, que no solamente involucra tierra sino también a los océanos, algo que según la Gerente del Sector Sostenibilidad y Desarrollo es muy difícil de empezar a trabajar. No obstante, desde Esri ya han empezado a generar algunos estudios desde hace varios años atrás donde, por ejemplo, es posible ver en 3D cómo están ciertas zonas del océano por medio de imágenes satelitales y otros aspectos que son valiosos.

Sin embargo, Guzmán reconoce que en Colombia se tiene que hacer algo en ese sentido, porque todavía no se está registrando ese avance, mientras que Panamá acaba de cumplirlo y Ecuador también ya va por esa línea.

Aun cuando este proyecto es a largo plazo, y donde por lo menos les va a tomar unos nueve años para mostrar lo que se ha hecho, Esri sigue firme con su compromiso con esta iniciativa y la idea es que de aquí en adelante todos estos avances se puedan utilizar para cualquier otro tema relacionado con conservación.