De entrada, si nos referimos a “la UNE 178301 sobre open data” podría sonar un poco críptico pero se trata precisamente del primero de una serie de documentos clarificadores que facilitarán el despliegue de las ciudades inteligentes en España.

Esta norma, que acaba de ver la luz, establece los requisitos para la reutilización de datos elaborados o custodiados por el sector público. El objetivo es que se convierta en la referencia que ayude a definir, documentar e implantar proyectos de este tipo. Para ello, establece criterios, conceptos y métricas: qué datos se consideran prioritarios, cuál es el vocabulario recomendado, así como un sistema de evaluación que permitirá medir el grado de madurez de open data. De esta forma, facilitará la sistematización de los proyectos y mejorará su gestión.

Como venimos argumentado en este blog, los datos abiertos son esenciales en el camino hacia las ciudades inteligentes. Por una parte, posibilitan el establecimiento de mecanismos de transparencia y favorecen un sistema democrático más eficiente. Y, por otro lado, la reutilización de la información del sector público (RISP) potencia la oferta de nuevos productos y servicios digitales, lo que permite dinamizar la actividad económica y empresarial y generar, en última instancia, valor para el ciudadano. En el sentido en que mejoran la interoperabilidad entre organizaciones e incrementan la rapidez y el acceso a la información por parte de todos, esta norma es una primera piedra básica para la inteligencia de las ciudades.

En 2012 se estableció una colaboración entre RECI, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI) y AENOR, que acaba de dar su primer fruto. En la III Green Standards Week, que se celebró  en 2013 en distrito Telefónica, ya se hizo hincapié en la urgencia de estandarizar y definir criterios sobre qué es realmente una smart city, para que resultase más sencillo replicar casos de éxito y rentabilizar inversiones, si bien la hoja de ruta ideal consiste en reproducir modelos probados, adaptándolos a necesidades específicas.

El Comité Técnico de Normalización sobre ciudades Inteligentes se estructura en cinco subcomités (infraestructuras; indicadores y semántica; gobierno y movilidad; energía y medio ambiente; destinos turísticos) y en sus 25 grupos de trabajo participan más de 300 expertos. Las normas técnicas se elaboran con la participación de todas las partes implicadas en cada caso y contienen las buenas prácticas y el consenso del mercado respecto a la mejor forma de abordar procesos importantes para las organizaciones y para la sociedad en general.

Este documento sobre el papel de las normas en las ciudades inteligentes recoge también las fechas estimadas de publicación de nuevas reglas. En breve, sin duda, nos haremos eco de algún nuevo avance.

Fuente: A un clic de las TIC