Los científicos han descubierto que, en un plazo de un millón de años, la Tierra tendrá un continente más que surgirá de una parte del continente Africano.

El ocho de septiembre de 2005, el suelo de una parte del norte de Etiopía se abrió de repente en una franja de 60 kilómetros de largo. Se dio en la llamada depresión de Afar, una conjunción de tres vías donde se encuentran las cordilleras en expansión que forman el Mar Rojo, y donde emerge a tierra el Golfo de Aden para unirse a la región del Gran Valle del Rift.

Toda esta área terrestre comenzó a formarse en el sureste de África hace unos 30 millones de años, y actualmente sigue creciendo, tanto a lo ancho como a lo largo. El proceso actual fue visible también en la erupción volcánica, que reflejó la inyección masiva de magma a lo largo de la grieta de Afar, durante 2005.

A pesar de ser un evento geológico aparentemente sin importancia, este proceso podría resultar crucial para una temprana ruptura continental.

La grietas en la superficie terrestre suelen producirse en las cordilleras oceánicas, en el lecho marino. El caso de Etiopía constituye el primer fenómeno de este tipo que se da en tierra, en una época en que los científicos cuentan con las mediciones por satélite.

Estas mediciones están permitiendo un desarrollo especial de la rama de la ciencia que hace mediciones terrestres y determina puntos geográficos: la geodesia. Un suceso como el de Etiopía, en un punto terrestre “visible”, suele ocurrir tan sólo una vez cada varios siglos.

Gracias a las mediciones con herramientas modernas, Tom Wright, un geofísico de la universidad de Leed, en Inglaterra, ha podido determinar que la grieta de Etiopía dará lugar a un nuevo continente, en un plazo de tiempo de aproximadamente un millón de años. Mediante el análisis interferométrico de las imágenes recogidas por el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea, Wright ha logrado, además, definir con exactitud cómo empezó este proceso.

Tal como explican los autores de este descubrimiento en la revista Nature, cuando las placas tectónicas de Nubia y Somalia y Arabia se alejan, la corteza entre ambas placas se debilita. El magma formado en la base de la corteza asciende y se acumula en unas cámaras situadas a cinco kilómetros de profundidad, en las cercanías de los volcanes de Gabho y Dabbahu.

Etiopía desde los satélites de la NasaEstas cámaras se rellenan como un globo que se infla lentamente hasta alcanzar una presión crítica. En este punto, estallan causando una explosión volcánica e inyectan roca derretida en una canal de drenaje de más de diez metros, situado a entre dos y nueve kilómetros por debajo del suelo. Esta presión provoca la ruptura de la superficie terrestre, con efectos visibles.

Dado que dichas placas continúan separándose, la tensión sigue aumentando, de manera que el proceso se repetirá una y otra vez. Con el tiempo, los científicos llegará a afectar incluso al Mar Rojo, lo que provocaría inundaciones por el desbordamiento del agua.

->La Etiopía desde los satélites

Fuente: Tendencias 21